Diez grandes juglares vallenatos de la historia

Componer, tocar acordeón y cantar son los talentos básicos de un ‘juglar’ vallenato.

 

Juglar se convirtió en el vallenato en la palabra de respeto que describía a aquel artista que componía, tocaba el acordeón y además cantaba. En los primeros tiempos del folclor, cuando llegó el acordeón a las tierras del Caribe colombiano, estos juglares iban a lomo de burro llevando su música entre las poblaciones del Magdalena Grande. 

Eran los protagonistas del folclor antes de que cada uno de los tres requisitos que hacían al juglar completo se ramificara entre cantantes, compositores y acordeoneros. En homenaje a esta figura que marcó las bases del vallenato, se creó el Festival Vallenato. Pero con los años esta figura fue cambiando. Cada vez hay menos artistas que reúnen el conjunto de talentos y menos los que además tienen talento para improvisar versos.

Aquí, un listado de diez de los juglares vallenatos más icónicos. 

1. Francisco el Hombre

Francisco Moscote, nacido en 1849, en un pueblo cercano a Riohacha llamado Galán, llevaba razones cantadas de un pueblo a otro, por la región antes llamada Magdalena Grande (antes de que se dividiera en Magdalena, César y  La Guajira). 

El halo de leyenda de Francisco El Hombre lo hizo protagonista de su enfrentamiento con el diablo, en una contienda en la que solo podía vencer el que interpretara mejor el acordeón. ‘El hombre’ ganó al interpretar el credo al revés, dice el mito que representa una de las historias más antiguas del vallenato, aunque esa lucha musical está presente en diferentes tradiciones folclóricas. 

2. Emiliano Zuleta Baquero 

Otra leyenda. Hijo de Sara María Baquero, ‘La vieja Sara’, es considerado el padre de una de las dinastías más conocidas del género vallenato. Sus hijos más célebres son Poncho y Emiliano Zuleta.

Su anécdota más famosa se inmortalizó en La gota fría, una piqueria alimentada por la rivalidad que se había creado en torno a él y el juglar Lorenzo Morales. Zuleta, padre de la dinastía Zuleta -aunque el talento musical le venía de generaciones anteriores-  y Morales pasaron años componiéndose versos hasta que terminaron siendo amigos y contando sus recuerdos a los cultores del vallenato.

Otras canciones: Gallo viejo, La pimientica, Carmen Díaz, El indio Manuel María, entre otras.  Sus hijos -entre ellos Poncho y Emiliano- y nietos y demás descendientes siguen fortaleciendo la dinastía Zuleta.

3. Chico Bolaño (1902-1962)

Chico Bolaño es otro de los antiguos, lo recuerdan como ‘El Mozart del Vallenato’, También por su interpretación sobresaliente de las puyas. Fue muy respetado desde los años 20 del siglo pasado en adelante y fue otro de los que, junto con Luis Enrique Martínez, hicieron escuela.

Dice el investigador Beto Murgas, que Bolaño institucionalizó el acompañamiento de los cuatro aires -paseo, puya, merengue y son- con los bajos.

 

4. Pacho Rada (1907 -2003)

Francisco Moscote, nacido en 1849, en un pueblo cercano a Riohacha llamado Galán, llevaba razones cantadas de un pueblo a otro, por la región antes llamada Magdalena Grande (antes de que se dividiera en Magdalena, César y  La Guajira). 

El halo de leyenda de Francisco El Hombre lo hizo protagonista de su enfrentamiento con el diablo, en una contienda en la que solo podía vencer el que interpretara mejor el acordeón. ‘El hombre’ ganó al interpretar el credo al revés, dice el mito que representa una de las historias más antiguas del vallenato, aunque esa lucha musical está presente en diferentes tradiciones folclóricas.

Otro de los primeros juglares. Fue considerado el ‘rey del son’. Se le recuerda por El Tigre de la Montaña, El Caballo Liberal, Te vas María, Los desprecios de Manuela, Los papeles, Cipote Luto, Levántate María La puerca. Fue protagonista de una película, El acordeón del diablo, en 1988. 

 

5. Lorenzo Morales (1914-2011)

Nacido en Valledupar, compuso varias canciones en respuesta a los versos que le dedicaba Emiliano Zuleta, una de estas La carta. Murgas resalta justamente que  fue un «protagonista de la piqueria trascendental del vallenato». Falleció hace una década.

6. Alejo Durán (1919-1989)

Nacido en El Paso, en la Hacienda Las Cabezas, Alejo Durán descubrió que lo suyo era la música, aunque conocía bien el trabajo en los campos y con el ganado. Conquistador y de gran inspiración para componer y para descubrir joyas musicales -como Alicia adorada, de Juancho Polo ‘Valencia’- y adornarlas en el acordeón, se convirtió en 1968 en el primer rey vallenato de la historia. Gilberto Alejandro Durán -cuyo hermano Náfer también se hizo juglar- fue autor de himnos vallenatos como La cachucha bacana, El pedazo de acordeón, Joselina Daza, Fidelina y 039, entre muchos otros. 

7. Luis Enrique Martínez ‘El pollo vallenato’ (1922-1995)

Nacido en Fonseca (La Guajira), Luis Enrique Martínez creó todo un estilo de tocar el acordeón, que influyó -y aún influye- en la forma de tocar de muchos acordeoneros. Es casi el acordeonero obligado de estudiar. Fue rey vallenato en 1973.

Alberto ‘Beto’ Murgas resalta que Martínez cambió radicalmente la intepretación vallenata al hacer introducción, intermedio y remate, distinto a lo tradicional».

Canciones: El pollo vallenato, Soy el vallenato,  El gallo jabao, La fama, El mago de El Copey, El parrandero.

 

8.  Abel Antonio Villa  (1924-2006)

‘El padre del acordeón’ entra en esta historia no solo por espléndidas composiciones como La muerte de Abel Antonio y El higuerón, también por haber sido el primero de que llevó el vallenato de acordeón a una grabación discográfica, en 1946.

9.  Calixto Ochoa (1934-2015)

Calixto Ochoa, rey vallenato 1970, no solo hizo historia con su talento en el acordeón,  que brillo inicialmente en Los Corraleros de Majagual, sino con composiciones que han dado la vuelta al mundo como El africano. Fue el autor de Los sabanales, El pirulino, Todo es para ti y La plata. Es de los juglares más prolíficos de la historia.

10. Juancho Polo ‘Valencia’ Cervantes (1918-1978)

Su sentida tragedia amorosa, debido a la pérdida de la joven esposa, dio origen a uno de los clásicos más conmovedores del vallenato: Alicia adorada.

Juancho Polo, apodado ‘Valencia’ por su inspiración de poeta, fue «el típico retrato del juglar errante que perdía la noción de tiempo en sus correrías», señala Murgas.

Y una mención especial: Alfredo Gutiérrez (1943)

Desde niño fue un genio del acordeón, hizo parte de un conjunto Los Pequeños Vallenatos. Se ha convertido en uno de los juglares más exitosos comercialmente hablando, tanto con Los Corraleros de Majagual, como en su carrera en solitario. Gutiérrez es la voz de La paloma guarumera, Anhelos, Ojos indios y muchas más. Aunque nació en Sucre y su tradición era más sabanera aprendió los secretos del estilo de los juglares vallenatos y se coronó tres veces rey vallenato en los años 1974, 1978 y 1986. Nadie ha igualado esta hazaña y sigue alegrándonos con sus presentaciones.

 

Noticia:fuente El Tiempo